Soneto 69. HIJO DE LA NOCHE
(Dedicado a mi primo Miguel Rodríguez Angulo)
Un ruiseñor viste sus voluntades
y aletea en la senda migratoria.
Ganancias de amor hay en tu memoria
y en tus ilustres palabras de bondades.
En tu camino, - pleno de humanidades -,
a todos nos gusta tu trayectoria
y hemos hecho carrera de tu historia.
Aferrados al mar de las verdades
y al destello de luz de un sol redondo,
no hay roturas en las rocas - ni pena -
que se despeñen hasta tocar fondo.
¡Eres persona..., una persona buena!,
- como un quejío del cante jondo,
como sangre que fluye por la vena -.
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