Soneto 116. ESCALERA DE COLOR
De cada
peldaño
de esta escalera
me subo o me bajo constantemente.
Me cuesta sopesar someramente
con el alma tenaz y aventurera.
De cada
escalón,
pisada certera,
me elevo - o me caigo - inconscientemente.
Mi mente desciende - o es ascendente -
al llegar la luz de la primavera.
Las estrellas se desvisten de gala.
Mis sueños no alcanzan al firmamento
y en el universo no hacen su escala.
El canto sutil del mar en la cala
es estallido y desconocimiento
donde el mundo
se desprende
y resbala.
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