Soneto 21. ABRUPTO COLCHÓN DE LAS OLAS
En el abrupto colchón de las olas
alguien leyó a Juan Salvador Gaviota
y el alevín de la inocencia rota
es un mar con rumor de caracolas.
El viento seduce aires de amapolas
y el sol en el horizonte se acota
mientras un tallo de amor dulce brota
uniendo a dos almas que estaban solas.
Impulsos de gaviotas y misterio,
atardecer flagrante, son y alegría.
Pardo color de nubes y plumajes.
Una hora se adelanta en el imperio
de una desconsolada mar bravía
que gesticula con olas salvajes.
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