Soneto 91. VÉRTIGO EN LA ESCALADA
No pretendas escapar de mi vida
y no me dejes solo en la estacada,
pues hay mucho vértigo en la escalada
de este arnés de soledad conmovida.
Si te vas, no encontraré la salida
de este sótano, - que es una emboscada -,
pues mi alma a la tuya sigue atada
y, con tu adiós, quedará siempre herida.
Cuando el dolor llega a tocar el fondo,
no es fácil salir - aliviado - a flote
y, de SIN-risa, me parto y me mondo.
Si me abandonas, será un duro azote.
¡Yo quedaré hundido en lo más hondo
cuando, con tu partida, me derrotes!.
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