Soneto 38. UNA CONVERSACIÓN PENDIENTE
Esta tarta de boda nos distancia
en dos separados mundos distintos.
En este mundo tengo repugnancia.
En este otro te aguardo con instintos.
Echo de menos tu humor y elegancia.
Aquí tus valores están extintos.
Necesito verte y oler tu fragancia.
Mi vida aquí, es de muchos laberintos.
Los dos conocemos las coordenadas
y no debemos silenciarnos tanto,
sino amarnos y cruzar las miradas.
Nuestras vidas están desordenadas
y no queremos mundos de espanto,
sino amor en dos pieles enredadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario