Soneto 67. LAZOS DE AMOR CONSENTIDO
Atrás quedaron las sumas de abrazos
y los lazos del amor consentido.
El pálpito del corazón latido
marca sobre la piel sueños sin trazos.
Los días pululan, hechos a retazos,
tañidos de luz por ser tu escogido;
mientras, el tiempo - que nunca es perdido -,
nos sigue viendo dormidos en brazos.
Las páginas del libro, polvorientas,
acumulan nuestros falos encuentros
y las noches de sexo,... suculentas.
Mil veces yo lo intento - y tú lo intentas -.
Que si yo habito todos los incentros,...
tú cada día vas... y te reinventas.
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