Soneto 45. GRAFITI
En el emporio del grafiti dejas
la emboscada del boceto que escuda
y el ritmo fugaz del pincel desnuda
a los vaivenes del color que alejas.
Una pincelada libre bosquejas
en la ruina a donde sólo se acuda
- para salir de tan tremenda duda -
en la poesía de pinturas viejas.
Nada tiene atisbo de ser perfecto
y, sin embargo, se queda construida
la imagen bella de la causa y efecto.
En la última sombra de espray sin vida
hay un mundo multicolor de afecto
que pinta amor en la pared prohibida.
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