Soneto 20. A HURTADILLAS
La brújula del sol se mece inquieta
y la gaviota desgarra su plumaje
alentada en el vuelo de otro viaje
a un cielo que, entre las nubes, se agrieta.
En un golpetazo de olas se aprieta
la arena de la playa - sin encaje -
y en la tumbona de aire - sin ultraje -
descansa la mar con el agua quieta.
El viento sopla tímido - a hurtadillas -
y viste de color de sol-pomelo
como hace siempre en todas las orillas.
Las aguas frías, que atemperan hielo,
te han visto mojarte hasta las rodillas
y por tu cuerpo se mueren de anhelo.
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