Soneto 34. PLACER SOBREVENIDO
La luna se acopa en su fase llena
y es vela que alumbra, enamorada,
al síncope de tristeza alborada
que escapa sin rastro, sin voz, sin pena.
El agua es espejo, color de trena,
bocado de boca condecorada
en el amor de un alma sosegada
que huye de la distancia y su condena.
Escribo y describo lo sucedido,
lo que no pasó, lo que está por venir,
lo que no ocurrirá - o lo ya perdido -.
El placer de escribir, sobrevenido,
es la súbita palabra y el porvenir
que, juntos, nos dan paso y colorido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario