Soneto 90. UNAS GANAS TERRIBLES
Unas ganas terribles de tenerte
fluyen por mi ser de una forma osada
y la penumbra deja desgranada
al enjambre de la roca más inerte.
En la torrentera cayó mi suerte
y está a punto de alcanzar la nada.
Te debo una vida recomenzada
y haré cuanto sea por no perderte.
Por el simple hecho de haberte oído
en mis madrugadas, cuando te vuelves
dando la espalda - huyendo del olvido -,
te daría mi vida y lo vivido.
¡Qué pena,... porque si después no vuelves,...
ya nada volverá a tener sentido!.
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