Soneto 2. INDECISO
Esta belleza brava se examina
en los ojos de quien mira indeciso
y en la mente de quien tanto te quiso
sin ser nunca objeto de tu retina.
Simetría perfecta de piel fina
en frunce de ceño arrugado y liso
que sabe de amor todo lo preciso
y te nutre el alma de queratina.
Soy un perfecto idiota y te persigo
en un manantial de sueño confuso
sin perder la esperanza de estar vivo.
Me conoces bien y eres el testigo
de una vida que en tu vida me puso
y que en tus ojos me mantiene vivo.
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