Soneto 7. CUANDO CAE LA ROSA
Cuando cae la rosa, no hay apósito
que ya pueda resucitar su vuelo.
Las hojas yertas de su propio duelo
son quejidos en un grito tácito.
El color de la flora arde súbito
en un rosal que está sujeto al suelo
y en cada espina se oye el desconsuelo
de otras rosas con matiz decrépito.
En cada jardín crece la maleza
que estalla como jabonosa pompa
sobre ramas de árboles sin corteza.
Una rosa cede a otra su belleza
para que la armonía no se rompa
y para amarnos más con más certeza.
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