Soneto 8. EL CICLO DE LA VIDA
Un periplo sin retorno es la vida.
La infancia, que es herética y errática,
que es caótica y, a la vez, empática,
nos deja huellas de inocencia perdida.
La adolescencia, en hormonas tullida,
edén de alma pictórica y erótica.
¡Oh, juventud erudita y hedónica,
que es un regalo de la vida en vida!.
Madurez y senectud que emborracha
de experiencia al alma y rejuvenece
en placeres de volcán y lava.
El ciclo de la vida se despacha
en el solsticio de un sol - que se crece -
y es la música que nunca se acaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario